Confesiones de la hija de Lilith


Como toda buena hija llevo conmigo las mismas culpas de mi madre. Sí lo admito eh sido un demonio feminista, de esas con cara de inocentes. Algo que no he aprendido hasta este año es el poder dejar de hacerles daño a las personas que quiero, quise y espero no hacerlo a las personas que voy a querer.

Aunque llevo una culpa de hace más de ocho años, no he aprendido la lección. Sigo convirtiendo verdaderos caballeros, en los seres más miserables o despiadados. Las cosas salen sin querer queriendo, pero lastimosamente me salen así.

Este año me cargo dos muertos encima, el sentimiento de culpa es terrible. En los dos lados intente remediarlo, pero no se pudo. Sólo le pido a mi Dios que algún día estas dos personas me perdonen. Este año mencione muchas veces la palabra te amo, las disparabas sin darme cuenta y olvidando que las palabras son más peligrosas que la bala, estas matan dejándote vivo y con la herida abierta.

Lo peor que he podido hacer en mi vida es hacer llorar a un hombre y llevo algunos ya en mi cuentita, ojala algún día se olviden de mi. Fui un demonio acechando a hombres buenos para matar mi soledad y destruir sus corazones.

El miedo es lo peor que le puede pasar a un ser humano y peor a un demonio errante como yo que no conoce que es el amor y que peor aún no ha podido conceptualizar lo que es el amor. Alguna ves creo que lo sentí, pero por ahí mismo mate algo que creció y por el cual me fuy transformando cada vez más en el demonio que soy.

Todos somos capaces de aceptar nuestra culpa y ojala que a las dos últimas personas que le hice daño me puedan perdonar...
En este nuevo año lo único que haré como meta no es engañar a nadie más con falsos te amo, ya no seré un monstruo, porque aunque ustedes no lo crean es difícil reconocerse como tal y muy doloroso, pero errar es de humanos y de sabios es reconocerlo y aquí mi nuevo objetivo del 2011.

Dejar aun lado todos mi errores saltar aquel charco y abrirme al océano que me depara la vida, llena de alegrías y ya dejar en el charco mis culpas para que el nuevo año mi embarcación sea más ligera y poder navegar en mi ser en plenitud y con buena luz. Sólo así podre conocer que es el amor. Dejar mi viejo fantasma, a los nuevos que se integraron, en las cloacas del pasado y así avanzar con felicidad.

Algo que aprenderé es a dejar de ser ingrata con mi familia tan divina que es... Agradecer a mi Dios lo benevolente que es al darme una nueva oportunidad y la esperanza de no morir sin saber que es el amor. Espero este año conocerlo...

Y así ser no una Vamp sino una FEMME FATALE que sólo mate de amor a los que la rodean...

Feliz año a todos y sobre todo recuerden que regresa una nueva hija de Lilith recargada de sabiduría lista para conocer el amor...

Sin poder soñar


Hoy camino sobre mi cama. Espero que el sueño llegué a mí. Tengo miedo de dormir, la soledad quema mi corazón. La noche llega a chamuscar la razón. Corro agitada todos los días sobre mi cama y no entiendo porque no caigo rendida sobre ella. El sueño no llega ni para traumatizarme ni para dejarme ser feliz. Los sueños me están pidiendo permisos para llegar a su tierra.
Llevo un mes sin poder dormir. Sueño con poder soñar, eso es mi fuerza para poder seguir con esta lucha. Camino lentamente sobre mi camina para ver si los duendes del sueños me atrapan en la frontera. Se hacen los disimulados para que los coime, pero no cargo nada en los bolsillos los use todo para poder llegar a mi cama. El coyote de la noche me arranco hasta los bolsillos para traerme a esta frontera.

No soy la única que está en la frontera, hay muchos soñadores al igual que yo, aunque con más necesidades y mayor necesidad de realizar sus sueños. Nos sentamos a conversar, para matar el día y con ello alimentar nuestras esperanzas de soñar. Armamos historias para que el viento lleve, cada una de nuestras vidas a los nuevos soñadores.

He llegado muy lejos con mi optimismo, estoy aquí, pero ya no puedo más. Me han deportado otra vez a mi casa, pero siempre regreso porque las ganas de soñar no se terminan. Me escabullo a la frontera de nuevo resbalándome por cada rayo de sol que se convierte en ampolla sobre mi espalda.

La Noche me ha recomendado, a los reyes del sueño, pero aún no puedo conseguir el sueño. Sus oídos sólo hablan con la indiferencia y se burlan de mi situación. El camino es pesado, ya no puedo más quiero dormir pero no puedo conseguir mi sueño. Las fuerzas se agotan pero recuerdo mi realidad, una familia que sacar adelante, otra que quiero formar en mi sueño, con una base económica sólida, para que a mis hijos no les falte lo que a mí se me ha negado en mi cruel realidad. De la misma realidad de la que huyo y seca mis huesos hasta convertirme en un cadáver, así que prefiero caer sobre mis sueños…

Charlando con la muerte

Llegas como la noche misteriosa a mi cabeza. Nublas mis sueños y mi presente. Todavía te sumerges por mis venas y lates en mi sangre. Tu silueta se enciende en cada sorbo de café que bebo en tu nombre. No te asustes si me vez, las cosas han cambiado mucho en mi vida desde tu partida. Las ojeras me aparecen en las mañanas cuando despierto y veo que los sueños son tormentosas pesadillas. Los recuerdos hermosos que me dejaste, sólo son basura. En papeles he plasmado mis recuerdos y los he dejado rodar sobre mi cama, para que me atropellen cada vez que tu ausencia me mate.

En mis hojas grabo los vídeos de nuestra historia. Lloro clamo y gimo sobre ellos cada noche y me adormito en el dolor de la muerte. Trato de ver si me escuchas pero las paredes oscuras de mi habitación no dejan gritar a mi corazón. En las mañanas me levanto piso sin compasión a cada una de las hojas escritas, pero cada vocal pisoteada es como aquel ceviche ácido que hice una vez para ti.

Escribo y cuento cada noche para pagarte cada una de las caricias otorgadas y de repente una retumba en mi espalda, pero no estás tú y entonces termino cada cuento con un final triste. No puedo detenerme a describirte todo lo que pasa en mi mente; me conformo con verte en mis sueños y contarte pero a veces no termino porque la noche es corta para soñarte. Al despertar y escuchar a mi conciencia susurrar despacito todos tus besos, sólo me quedan las ganas de volverme acostar para llorar, pero mi orgullo calienta mis lágrimas y las evapora.

Es que me hizo vivir un cuento de hadas, donde el príncipe azul y el villano era él. Manda a mi peor enemigo, el silencio a que se acerque muy cauteloso a mi tímpano para gritar su nombre. Llega su nombre como un aullido de perro que anuncia la presencia de un espíritu y es la muerte que me acaricia las vertebras, burlándose de mi tormento. Me recuerda que no es la hora de mi muerte y que debo seguir sufriendo el tormento de su ausencia. La confronto, le grito, la amenazo, le vuelvo a rogar y le reclamo que se lleve mi alma y ella muy cínica me responde “yo llevo almas, no tormentos. De nada te sirve si igual en esta o en la otra vida morirás cada segundo que estés sin él”. Aunque no me gusté este tormento, pero me gusta molestarla con cada atento de autosuicidio que provoco, para terminar hablando de él. Mientras le adorno la frente de flores amarillas que se marchitan rápidamente.

De caballeros a caballos


La tarde oscurecía en el norte de Guayaquil, bueno en toda la ciudad, eran las seis de la tarde, mientras yo esperaba fuera del aeropuerto el bus de la línea 132, para que me lleve a mi casa. Esperé una hora para que un bus medio vacío se dignara en llevarme. Subo al bus mis piernas temblaban como que caminara en una cuerda floja. El bus estaba lleno. Pagué mi pasaje, mientras lo hago observo por donde ubicarme, tengo que pasar pidiendo permiso a las mujeres que estaban de pie, mientras paso, recorro con mi mirada las ventanas y los ocupantes de aquellos puestos.
Todos los que iban al extremo eran hombres mirando hacia afuera del bus, mientras las mujeres con bolsos tenían que estar paradas. Por suerte, se bajó el ciudadano al que me había arrimado. Entre mi me dije ¡Gracias Dios por esta oportunidad!, mis piernas se tranquilizaron al sentarme. Mi compañero de asiento sacudía su cabeza dándose de de golpes contra le ventana, mientras dormía y entre mí cuestionaba la actitud de los hombres. Es verdad como mujer rogamos la independencia, que se respeten nuestros derechos y todo. Pero lo cortés no quita lo valiente, eso no quiere decir señores que nosotros no nos gusta que nos traten como una dama. A los 2 minutos de estar sentada se sube una mujer joven de piel morena. No me percato de ella la vuelvo a ver parada dos asientos adelante y me asusto porque estaba alado de un caballo, perdón de un caballero apuntándolo con su enorme barriga de embarazada. Me asusto y le sedo el puesto, las otras féminas envidiosas porque ella se sentaba, en sus caras se pintaba xenofobia, pero no me importaba, somos mujeres y debemos apoyarnos. El carro pegó un frenazo y el tipo dormido se despierta y ve que ya no estoy a su lado y ahora es otra dama, el se asusta se le coloreo aquellas mejillas pálidas en color carmesí y enseguida me rogó que me sentara. Una risa burlesca nació desde mis piernas temblorosas de cansancio y le dije que siga nomas que él estaba más cansado que yo.
Las risas se sonaron por todo el bus, mientras los hombres agachaban sus cabezas u otros miraban hacía la ventana era la única forma de “ignorar la situación”. En mi mente pasó que los caballeros se han extinguido y ahora sólo nos quedan los caballos y no precisamente un Centauro, de la mitología griega sino que lo único que queda de los príncipes azules es el caballo. A esto le agrego que no sé si la culpa la tenemos nosotras de convertir a los caballeros en caballos o simplemente que ya sólo hay maricones en el camino de esta vida y que sólo me quedo con imaginar que los caballeros no agarran autos sino que siguen a pie.

Diego Torres - Mi Corazon Se Fue



A veces una canción expresa todo lo que uno piensa...

Bolero


Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.

Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.

Por ahí un papelito
que solamente dice:

Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.

Julio Cortázar

Canción de la mujer astuta


Cada rítmica luna que pasa soy llamada,
por los números graves de Dios, a dar mi vida
en otra vida: mezcla de tinta azul teñida;
la misma extraña mezcla con que ha sido amasada.

Y a través de mi carne, miserable y cansada,
filtra un cálido viento de tierra prometida,
y bebe, dulce aroma, mi nariz dilatada
a la selva exultante y a la rama nutrida.

Un engañoso canto de sirena me cantas,
¡naturaleza astuta! Me atraes y me encantas
para cargarme luego de alguna humana fruta.

Engaño por engaño: mi belleza se esquiva
al llamado solemne; de esta fiebre viva,
algún amor estéril y de paso, disfruta.

Alfonsina Storni

Carta a mi pastor


Usted Llega como el espíritu santo a mi vida. Quiere que dé a luz algo de su divinidad. A media voz me susurra y me enamora contándome cual es mi misión en esta vida. Aparece y desaparece en cada plegaria de mi vida. Aunque a veces se aleja y me deja a libre albedrio como el viento que lleva la basura de vereda en vereda.

Me haces ver el infierno en cada despedida y aun así me dice que habrá un castigo, sí creo en otras palabras que me profeticen amor eterno. Me hace cargar con el dolor de una vida que se quema con cada lágrima que hace destilar. Que va quemando las entrañas, como el tequila, luego me vota inconsciente al dolor de las traiciones de cada uno de sus amores.

A pesar que su presencia queme, marque, destruya el corazón, la conciencia y me deje sin pestañas los parpados. Llega con su lengua a quemar mi columna vertebral hasta que se abra el mar rojo, para que usted pase y llegue al otro lado de mí ser. Incendiando cada noche, la cama en que dormimos. Llena de plagas mi vida con su desamor y matando con anticonceptivos cada primogénito que le doy.

Que puedo pedirle si me mata cada día que le rezo y hace voltearme en el lodo y recorrer mi vida con un antifaz hecho de polvo y miseria para luego rematar mi vida con un ayuno de soledad. Lo veo alzando las manos bendiciendo a Dios y al amor y luego se cobijas en su nombre para usarme y botarme cada vez que me promete el reino de los cielos, siempre y cuando lo obedezca con humildad.

Ya no creo en sus palabras, pero creo en el amor que siento por usted, el mismo que me deja ver palomas blancas en gallinazos que recorren mi cuerpo vivo queriendo convertirme en carroña, para tener que hablar en la hora del almuerzo. Mientras los gavilanes me picotean cada vez que te extraño y me matan de dolor cada vez que te amo. Luego cuando me ve caer mi fe acude a mi llamado con su manada de fieras que me atrapan y me abren las entrañas para que recojan el diezmo y sacan de mi bolsillo todo mi trabajo.

Ahora mi única frase que exclamo a Dios, sobre ti es:

"Pastor de inocentes y de los insensatos has violado mi fe y mis esperanzas".

Como gata boca arriba


Te quiero como gata boca arriba,
panza arriba te quiero,
maullando a través de tu mirada,
de este amor-jaula
violento,
lleno de zarpazos
como una noche de luna
y dos gatos enamorados
discutiendo su amor en los tejados,
amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lagrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría)

Te quiero como gata panza arriba
y me defiendo de huir,
de dejar esta pelea
de callejones y noches sin hablarnos,
este amor que me marea,
que me llena de polen,
de fertilidad
y me anda en el día por la espalda
haciéndome cosquillas.

No me voy, no quiero irme, dejarte,
te busco agazapada
ronroneando,
te busco saliendo detrás del sofá,
brincando sobre tu cama,
pasándote la cola por los ojos,
te busco desperezándome en la alfombra,
poniéndome los anteojos para leer
libros de educación del hogar
y no andar chiflada y saber manejar la casa,
poner la comida,
asear los cuartos,
amarte sin polvo y sin desorden,
amarte organizadamente,
poniéndole orden a este alboroto
de revolución y trabajo y amor
a tiempo y destiempo,
de noche, de madrugada,
en el baño,
riéndonos como gatos mansos,
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados
a los pies del sofá de leer el periódico.

Te quiero como gata agradecida,
gorda de estar mimada,
te quiero como gata flaca
perseguida y llorona,
te quiero como gata, mi amor,
como gata, Gioconda,
como mujer,
te quiero.

Gioconda Belli



Los tiempos jubilosos


Aunque la piel se gaste
yo quiero despertar y hallarte cerca,
contigo amanecer día tras día.
Yo quiero detenerte,
quedarme en tu mirada para siempre.


Y cuando caminemos
y el aire nos divida
o se atraviese el miedo
serán tus ojos únicos
los que me den la mano.


Nos habla esta ciudad
con un idioma de alas y barcos,
esta ciudad de Seatlle
en donde resucitan los recuerdos.
Esta ciudad azul
tiene un costado ardiente
y tiene mil esquinas
en donde se han amado nuestros pasos.


Hoy puedo agradecerte
por esta mariposa de placer,
por esta gota ardiente
que pones en mi piel alucinada,
por esta luz de fresas
que traes en la punta del silencio.
Te doy amor las gracias
por este nuevo vino que me ofreces.

Violeta Luna (Ecuador, 1943)


la vide de un àcaro - Vapor Letal





Para reir y saber que a veces la vida de un àcaro es màs valiosa que la de un ser humano jajaja
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Alex Ubago con Sharon corr - Amarrado a Ti - Official Music Video




 ¿Sabes cuantos lunes desperté
y dejé sonar aquel CD
buscando una caricia lenta?
¿Sabes cuántos días te añoré
en nuestro cuarto de alquiler
en la ciudad que siempre huele a mar?

The boats they could not leave the bay
They stayed at home because today
I am tied to you

Tú, juegas con mi alma entre tus manos
tú, y no la dejas escapar
tú, un abismo siempre al otro lado tú
tú, creo que seré capaz de saltar

Do you know how many times I feel
I've lost my mind, got crazy
I close my eyes but all I see is you
Do you know how many times I've sailed
the ocean blue in search of you
But I can''t see you anymore oh no

Los barcos no salieron hoy
guardaron puerto porque estoy
amarrado a ti

Tú, juegas con mi alma entre tus manos
tú, y no la dejas escapar
tú, un abismo siempre al otro lado tú
tú, creo que seré capaz de saltar oh no...

capaz de saltar ooh...
capaz de saltar ooh...

¿Sabes cuantos lunes desperté
y dejé sonar aquel CD
buscando una caricia lenta?
Fuente: musica.com

Alex Ubago

Aqui estoy

"Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones"
(Silvio Rodriguez)

Aquí estoy después de tanto tiempo escribiéndote, recordándote y añorándote. Emigrando como siempre, hacía ti. Escribiendo para ti, de ti y por ti. Esperando que me leas aquí y en cualquier lugar. Que me escuches en el silencio de aquellos momentos que hice para ti. Que me encuentres cuando menos me busques. Que me recuerdes cada segundo que me olvidas.

Aquí estoy de nuevo escribiéndote, tratando de cumplir lo prometido. Buscando la forma de demostrarte que sigues vivo para mí y recordarte que todavía brillas en cada letra que escribo. En cada sílaba que pronuncio. Todavía estas aquí, en mi memoria acariciando mi cabello mientras llenas mi boca del rocío de tus labios. El tiempo y la distancia nos ha separado, pero aquí te encuentro en el agujero negro que dejaste abierto en mi ser. Todavía te sorprendo desbaratando mis sentidos como aquella ves que revoloteamos en tu habitación.

Aquí estoy escribiendo y cantando para ti. Coreando en voz alta la canción con la que te decía que te olvidaría ese “ojala”, aquella canción que siempre te canté y que nunca se cumplió, porque tanto la tierra y yo seguimos besando tus pasos. Buscando y siguiendo el camino que dejaste marcado para mí. Sigo tus pasos y sigo tu camino aquellas veredas que pisamos juntos y en el cual me quede penando como un fantasma, que no se ha enterado que ya llegó su hora de subir, pues todavía siento que estoy viva, porque mientras vivas en mi recuerdo yo sentiré que existo.

Y aquí estoy viviendo, sólo de los recuerdos…
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Cafeteo


No puedo parar sé que tengo que correr, el tiempo no se detiene, aunque quisiera detenerme en el tiempo, la velocidad deshidrata mi inspiración. Cada pisada es un retumbar que sacude mi conciencia y agita mi alma. Las calles se vuelven tan estrechas y oscuras cuando corro, la preocupación que me alcance ata y desata mis pies del suelo. No existe un mañana, porque los sueños se acabaron, solo sé que tengo que correr. Los edificios se derrumban atrás mío en cada paso.

Corro y corro buscando alguna esquina en la que pueda girar y descansar, pero todo es tan recto y lineal, no hay tiempo para tener sed y mucho menos para respirar, debo seguir o me atrapará. Mi vestido azul se ha deshilachado con el tiempo. El tiempo no existe, pero tampoco me perdona, cada vez va acentuando su paso sobre mí. El me pisa y yo lo piso, es una carrera entre él y yo, que va marcando huellas. El marca mi rostro y mi piel mientras yo lo preparo para el siguiente.

Él ata mis pies al suelo y yo vuelo sin poder levantar mi alma. De tanto correr a veces despego y aún así no soy libre, aunque mi rostro está disfrutando del viento, de su brisa, regreso la mirada al piso y encuentro que aún mi alma corre velozmente queriendo despistar a mi perseguidor. La noche es tan calurosa cada vez que el cansancio golpea mi espalda, la luna azota hasta mis huesos me trata como obrero en tiempo de cosecha.

Cerrar los ojos no puedo sé que si duermo no regresaré a ver lo que alguna vez en mi niñez sólo me traía alegrías. La noche se vuelve más oscura cuando el miedo se acerca con velocidad, me persigue como una jauría, solo tengo tiempo para verlos correr atrás mío y seguir corriendo sin poder detenerme, ellos no se cansan están hambrientos, hambrientos de roer mis huesos, para que mis pasos se pierdas y no deje ningún eco.

Sigo adelante pero no existe ningún indicio de luz para este túnel agitante y retumbante que carcome mi vida y mi aliento. La luz no existe y la vida se va dilatando, ella quiere asfixiarme para no saber nada de mí y que yo no sepa nada de ella. El mañana no llegara la paciencia se agota, la única salida es envolverse entre los hilos del olvido y dejar que los brillos se pinten de negro. No… más bien que otros lo tomen de café tinto.

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La bruja no leída


Hay estábamos jugando a ser libres, amándonos como si sólo nosotros conociéramos ese sentimiento. Ahí los dos en la parada de buses teníamos que encontrarnos, para escapar y repetir la historia de las abuelitas suicidas y enamoradas que escapaban cuando la libertad era tan reprimida por “el qué dirán”.
Me era imposible creer que en pleno siglo XXI deba huir por amor, me imaginaba a esas mujeres enamoradas sacando sus cosas usando un abultado vestido que les impedía correr o huir de los pasos galopantes de sus perseguidores. Yo con mis jeans rotos y una camiseta verde que me daba esperanza a que mis padres no me encontraran en plena escapada vertiginosa.
A él sólo le faltaba sacar su pañuelo del bolsillo, para hacerme sentir como toda una damisela en peligro, sin importarle mi ropa toda desaliñada, que lo único que me daba un toque de feminismo, era ver como mis finos cabellos caían por mi cuello y formaban una fina coleta. Él al verme sonrió. Agarro mi maleta café llena de flores me sentó un beso en la frente y con una mirada al cielo le pidió protección para los dos.
Tomamos el autobús, el que nos llevaría a su casa y al fin estaríamos juntos, sin reproches y sin reclamos. El corazón dejó de palpitar me sentí tan segura y tranquila en aquel autobús, sabía que nadie me iba a perseguir y que mis padres ya se imaginaban donde estaba. Era el momento de vivir nuestro amor con intensidad. ¡Sí! era cuestión de no creer, dos almas que jamás hubieran conocido el amor si no se hubieran encontrado, en aquella parada donde empezó toda esa loca aventura.
La primera vez que nos vimos la atracción física fue la primera impresión que salto a los ojos. En cada cabeza surgió los grandes prejuicio: “ella una niña fresa, que usa vestido y él un bobalicón que trabaja para una empresa y que sólo sabe complicarse la vida con números”. Al fin la respiración invitó a unas sonrisas, a compartir miradas. Luego los mail volaron en papel higiénico, luego nos encontramos chateando y presentándonos: él como un ogro y yo como la bruja más peligrosa que envenenaba con pócimas falsas de amor a sus víctimas.
Nada importaba en ese momento yo volaba en sus brazos y él jugaba con mi imaginación. Era el mejor sábado de mi vida, o por lo menos el único que recordaba en ese preciso instante. No había nada mejor que descansar en su pecho, hacer de la cocina nuestra morada y el lugar más romántico, preparando juntos el almuerzo y la cena. Comiendo juntitos haciendo las cosas igual a igual, la noche se acercó a nuestra ventana, los estómagos llenos y los corazones contentos decidieron unirse en un solo suspiró. En la madrugada el encanto desapareció, el ogro salió de sus aposentos y la bruja derramo sobre la boca de aquel animal su pócima.
No nos queríamos despedir, pero sabíamos que era el momento adecuado, ella tenía que huir antes de verlo desfallecer por los efectos del veneno y él tenía que dejarla huir para no maltratarla. Yo recogí mis cosas en pleno silencio, las aves se alejaban y los carros no pitaban para no despertar a la soledad. Salí sin decir nada, el transcurso del camino se me hizo infinito, estaba sola, el cielo se convirtió en un gran agujero negro, mientras el sol me quemaba los hombros. Al fin llegue a mi casa con la maleta cargada de arrepentimientos no sabía la razón, si era de regresar o el de haber partido de mi nido.
La tarde se desplomó ante mis ojos, lo vivido no volverá y con ella trajo a mis padres, ellos me preguntaron: ¿qué tal el fin de semana? Yo asentando la cabeza les dije “gracias a Dios me divertí escribiendo un cuento en su ausencia” y terminé mi frase con una dulce sonrisa y así le puse fin a una linda historia que jamás será contada o leída.
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