Carta a mi pastor


Usted Llega como el espíritu santo a mi vida. Quiere que dé a luz algo de su divinidad. A media voz me susurra y me enamora contándome cual es mi misión en esta vida. Aparece y desaparece en cada plegaria de mi vida. Aunque a veces se aleja y me deja a libre albedrio como el viento que lleva la basura de vereda en vereda.

Me haces ver el infierno en cada despedida y aun así me dice que habrá un castigo, sí creo en otras palabras que me profeticen amor eterno. Me hace cargar con el dolor de una vida que se quema con cada lágrima que hace destilar. Que va quemando las entrañas, como el tequila, luego me vota inconsciente al dolor de las traiciones de cada uno de sus amores.

A pesar que su presencia queme, marque, destruya el corazón, la conciencia y me deje sin pestañas los parpados. Llega con su lengua a quemar mi columna vertebral hasta que se abra el mar rojo, para que usted pase y llegue al otro lado de mí ser. Incendiando cada noche, la cama en que dormimos. Llena de plagas mi vida con su desamor y matando con anticonceptivos cada primogénito que le doy.

Que puedo pedirle si me mata cada día que le rezo y hace voltearme en el lodo y recorrer mi vida con un antifaz hecho de polvo y miseria para luego rematar mi vida con un ayuno de soledad. Lo veo alzando las manos bendiciendo a Dios y al amor y luego se cobijas en su nombre para usarme y botarme cada vez que me promete el reino de los cielos, siempre y cuando lo obedezca con humildad.

Ya no creo en sus palabras, pero creo en el amor que siento por usted, el mismo que me deja ver palomas blancas en gallinazos que recorren mi cuerpo vivo queriendo convertirme en carroña, para tener que hablar en la hora del almuerzo. Mientras los gavilanes me picotean cada vez que te extraño y me matan de dolor cada vez que te amo. Luego cuando me ve caer mi fe acude a mi llamado con su manada de fieras que me atrapan y me abren las entrañas para que recojan el diezmo y sacan de mi bolsillo todo mi trabajo.

Ahora mi única frase que exclamo a Dios, sobre ti es:

"Pastor de inocentes y de los insensatos has violado mi fe y mis esperanzas".

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