El ángel caído


Como todos los días su fe no moría. Se levantó y se arrodilló ante un cuadro, frente a los ojos de la imagen y rezó para que Dios vea sus plegarías. Siempre se levantaba y se acostaba agradeciendo, por el día de vida que le daba, así sea bueno o malo. Su casa no era ostentosa porque para él no había mejor dicha que ayudar a todos los desafortunados, así que no podía faltar que la mayor parte de su sueldo era para fundaciones u otras personas que requerían de su aporte.
Ese mismo día salió para la misa de las ocho, se acercó al asiento donde solía sentarse, pero este estaba ocupado. Su cara de asombro fue inesperada, su fe aumento al ver aquella divinidad. Se sentó a su lado, durante la misa las miradas iban y venían de lado a lado como aves en pleno vuelo. Sintió que ese día Dios había envuelto en lenguas de fuego
su corazón, al mismo tiempo el lo llamaba amor. Sin dudarlo le dio la paz y ella susurró su número al oído.
Sin dudarlo en la tarde la llamó. Era lo más hermoso que había vivido, era el milagro de la vida, la oportunidad de procrear y dejar un legado en esta tierra de hijos que alaben el nombre de Dios y que pase de generación en generación toda su fe y toda su colección de estampas, novenas y rosarios adquiridos por su madre.
Salieron por varios meses. Ahora la ayuda para los más necesitados había disminuido. Ahora su mayor gratificación era de venerar aquel regalo que Dios le había dado, por su buen comportamiento, claro que los dos compartían tiempo con los más necesitados, Así ella se ganó su amor y era la única dueña de su corazón.
Los dos compartían cenas, misas y rosarios, ella era muy creyente. Durante varios años no hubo más que besos húmedos llenos de fe, que algún día con la aceptación de la iglesia se podría consumir todo su amor.
Un día al igual que José, había tenido un sueño donde Dios en su omnipotencia se aparecía en forma de fuego a decirle que debe tomar por esposa a su compañera de mucho tiempo, que ella era la persona hecha para él, al igual que Eva para Adán.
Pasaron unos días, él fue a comprar los anillos. Los pobres beneficiados cada vez disminuían. Sus anillos eran los más hermosos, que sólo con el brillo que reflejaban, gritaban amor.
Sus últimos años se había dedicado a aquella mujer que Dios había puesto en su camino, Vivía agradecido por la gran belleza de su amada, parecía un ángel. Él llegó sin avisar a la casa de su amada y encontró un hombre que vestía de marino y que llegó con sus maletas y que desplegaba besos y caricias a su amada.
Su cuerpo no resistió y se marchó, a buscar una explicación en la iglesia durante oraciones y no hallaba consuelo en sus plegarias, fue a su casa y lo único que hablaba era la televisión mostrando imágenes de violencia y miles de mujer desnudas. Su dolor carcomía su alma lentamente. Todo ese amor se había convertido en odio.
Su amada llegó a visitarlo como si nada, al entrar, aquel hombre lleno de furia la agarró, la desnudo, la mordió, la golpeó, la violó y la torturó, padeció varios días, su amada en sus manos. Destrozándola, golpeándola, dejándola como estaba su corazón, roto y herido, una noche la soltó y la dejo ir sin explicaciones, solo se escuchó una voz que decía: Ojala te mueras, maldita perra eres igual que Magdalena y se marchó a dormir.
Como era de esperar en la mañana su fe no había muerto. Viró el cuadro, se arrodillo y exclamó, maldito Dios que siempre te he dejado guiar mi vida, si de verdad existes castígate a ti mismo, por todo lo que me has hecho, esta vez será la última vez que me verás adelante tuyo. Es así como termina la vida de un ángel caído, teniendo sexo con prostitutas y vendiendo todo lo que le recuerde a su fe para comprar pornografía, mientras se masturba delante del televisor.
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1 comentarios:

Palmogala dijo...

este cuento me llegó,me hizo pensar en algo, es tan difícil mantener una fe durante tanto tiempo, pero tan fácil echar todo a la basura y renegar de dios, por eso cuando digo soy ateo es más para tener un nombre, pero no, mejor digamos que he preferido matar a dios, para que no me molesten sus designios y vivir de acuerdo a lo que siento y pienso, me parece más justo dada mi antigua relación con este ser al que decidí matar, jajaja

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